miércoles, 7 de noviembre de 2007

Nuevos aires del celuloide

Archivo www.elrincondejesus.com



Uno de los hechos más trascendentes para el mundo cinematográfico nacional es, en 1990, la celebración del Tercer Festival de Cine Latinoamericano de Viña del Mar, conocido ese año como el "Festival del Reencuentro".



Sin un manifiesto encendido como el de los cineastas del Nuevo cine Alemán. Sin una oposición a la actitud predominante en las generaciones anteriores como el rechazo contra "un cierto cine francés" de los cineastas de la Nouvelle Vague. Sin la urgencia de "verdad" del Neorrealismo Italiano. Sin nada de esto, se origina el nuevo cine chileno o lo que los teóricos preferirían llamar.



Este relevo se venía sintiendo desde la aparición de la estupenda "Y las vacas vuelan", con "Promedio Rojo" con "Sábado", con algunos cortos de "Fragmentos Urbanos", con "Residencia", etc. No se incluye a "Paraíso B" ni a "Mala Leche" pues se considera que estas películas más bien ayudan a sepultar al cine "anterior". Tampoco se menciona a "Los Debutantes", aunque se cree que es esta película la que abre la posibilidad de empezar a pensar que en Chile un cine más personal, incluso más oscuro, puede funcionar bien en términos comerciales.


los por que para considerar un nuevo cine chileno



El tema del nuevo cine chileno es una realidad, desde una cierta perspectiva. Hay un proceso claro donde ya no se cuentan las grandes historias cargadas de simbolismos y antecedentes políticos o sociales; sino que ahora se dan más las historias de autor, de voces independientes, no menos chilenas que las anteriores, pero presentadas en forma de reflexión personal.


Archivo www.cinearte.cl

Según lo anterior, se puede denominar asi a los trabajos audiovisuales que bombardean las salas locales y representan el trabajo de los actúales cineastas en festivales como los de San Sebastián, San Remo, Montreal, entre otros.



Hasta ahora los cineastas chilenos mantenían una postura más bien distante de sus pares. No se pronunciaban ni sobre los méritos ni sobre los errores de sus colegas. Mantenían una actitud diplomática, sin trinchera, de sana convivencia, 'sindical'. Actuaban como un grupo compacto para enfrentar la crueldad del sistema, para obtener mejores beneficios y para defenderse de los "malos" de la prensa. Pero detrás, un completo vacío ideológico. Algo natural porque sus agrupaciones eran totalmente instrumentales. Distinto al caso de los documentalistas que mantienen muchas más diferencias de forma y fondo, en parte porque existe una mayor reflexión teórica a la hora de plantearse sus proyectos, y a que su recaudación y distribución son completamente diferentes, y también con mayor grado de independencia unos de otros, pese a tener más vocación de grupo. Esto ha derivado en rencillas muchos más intensas, más visibles (al menos para los que hemos prestado un poco de atención) y por cierto mucho más interesantes desde el punto de vista cinematográfico.




J. Alejandro Lara Q.

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