viernes, 30 de noviembre de 2007

El Sentido del Cine, Sergei Eisenstein

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La estética del cine, vista desde el foco del maestro del impresionismo alemán


Si alguien tiene derecho a referirse al cine, ese es Sergei Eisenstein. Realizador y maestro. En esto se ha desempeñado este cinematógrafo ruso. Verlo contribuyendo en la teoría es una oportunidad que no se debe dejar pasar.

“El sentido del cine”, este es el primer libro de Eisenstein. Fundamentalmente, estas letras van dirigidas a otros directores. Toda una obra literaria lo que escribe sergei. Esto pues para que un artista referente a otro ámbito del arte sea tan entendido necesita escribirse con mucho profesionalismo, siempre apegado a la labor que se está realizando.

Este libro habla claramente sobre la estética que debe estar presente en las realizaciones cinematográficas. La obra es un viaje por muchas de las películas que ha dirigido eisenstein: La huelga, El acorazado potiomkin, Diez días que conmovieron al mundo, Lo viejo y lo nuevo y Alexander Nevski.

La finalidad presente en el libro de Eisenstein es demostrar que el séptimo arte es el medio más expresivo y profundo, aquel que atrae a todos los sentidos, al igual que a las emociones y al intelecto.

Eisenstein, con su obra busca dar enseñanzas de cómo se realiza un cine con intención.

En el capitulo I “palabra e imagen” parte haciendo una reseña de cómo ha evolucionado la importancia del montaje en la cinematografía. Hace una defensa de esta herramienta fílmica ya que muchos la consideran que no vale nada. Señala que el montaje es tan especial como cualquier otro elemento cinematográfico. Acusa que muchos directores han dejado de lado esta herramienta con lo que la obra pierde el máximo de emoción y poder estimulante. Recalca que por la no preocupación de lo que representa el montaje, tendemos a equivocar lo que queremos expresar con este. Por eso llama a preocuparse mas del principio unificador en si mismo, precisamente este principio determinaría a la vez el contenido de las imágenes, y el contenido logrado a través de la yuxtaposición de esas imágenes. Todo esto debería levar a estudio del resultado final para que no los sorprenda un final inesperado. No recuerda que hay 2 etapas esenciales: la primera es la composición de la imagen, y la otra es la significación que de esta resulta para la memoria. El objetivo es que cada imagen planeada y creada por el autor, sea al mismo tiempo, creada por el espectador. En síntesis, existe la necesidad de que los realizadores del arte fílmico no estudien solo la escritura teatral y el oficio del actor, sino que dediquen igual atención a dominar las sutilezas de la creación del montaje en todas sus aplicaciones. Es primordial que estos polos encuentren afinidad y unidad.

En el capitulo II “sincronización de los sonidos”, inicia recordando la definición de montaje. Nos dice que para enriquecer la unificadora y sola imagen, se pueden extraer de distintos campos los medios expresivos. Recalca que no deben establecerse límites en la cantidad de medios expresivos que puedan ser utilizados por el realizador cinematográfico. Nos aclara que la transición del montaje mudo al film sonoro o montaje audiovisual no ha cambiado nada en principio. Destaca al hombre como la fuente primera y más rica de experiencias para comenzar un análisis de la naturaleza de los elementos audiovisuales. La conducta, los métodos de percepción de la realidad y la formación de imágenes siempre serán determinantes de este análisis. Luego, se analiza la relación entre los gestos y la entonación de voz del hombre. Este estudio personal ayuda a la hora de elegir los materiales del montaje que se yuxtapondrán con la imagen. Hay que prestar mucha atención a los elementos y medios que forman en nuestra conciencia la imagen, ya que las primeras y mas espontáneas impresiones son ha menudo las más valiosas ya que derivan invariablemente de los más diversos campos. No hay un principio que indique los caminos a seguir para realizar un montaje puramente visual y un montaje que una distintas esferas de sentimiento, particularmente la imagen visual con la imagen auditiva, en el proceso de crear una sola y unificadora imagen audiovisual. El curso general del montaje ha sido un entrelazamiento ininterrumpido de diversos temas en un movimiento unificado.

En el capitulo III “color y significado”, comienza recordando que en el capitulo anterior se trató de la búsqueda de relaciones “absolutas” entre sonido y color. Se analizan distintos métodos. Uno es el de separar las “tonalidades interiores” de la “materia exterior”. En este método todos los elementos formales son rechazados. A partir de otro estudio se llega a la conclusión de que colores particulares ejercen “influencias especificas” en el espectador. Por ejemplo, el color amarillo representa al pecado y, esto, causa influencia sobre la psique. Otro método es el de separar colores de otros colores. En síntesis, el problema del significado del color no será resuelto por un catalogo, sino que la inteligibilidad emocional y la función del color surgirán del orden natural en que se establezcan las imágenes de color de la obra, de acuerdo con el proceso de delinear el movimiento vivo de la obra completa.

En el capitulo IV “forma y contenido: práctica” se estudian los métodos concretos de de construir relaciones entre música e imagen. Para comprender esto es necesario una comprensión de las leyes estructurales del proceso y del ritmo que sustentan la calidad y el desarrollo de música y figura, ya que proporciona un único fundamento firme para establecer una unidad entre ambos.

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